Fuiste mula de carga toda tu vida
hasta con ese amor que destilabas
a borbotones por cada poro de tu cuerpo,
regalaste vida y nunca a cualquier precio
sin recelos te olvidaste de la tuya
viviendo tu día a día para que nada faltara
entre aquellas cuatro paredes
encaladas que eran nuestra casa,
sin apenas saber leer ni escribir
me diste las lecciones mas importantes
para enfrentarme a este mundo
sin el desaliento que produce el engaño
de que todos nacemos iguales,
me enseñaste que cada noche hay que irse a dormir
con la sensación del deber cumplido
liberando al mal humor si hace falta
hasta con lágrimas, a no dejar que el egoísmo
y la mentira fueran quienes me dirigieran,
que la cosa más fácil es equivocarse
y que la edad solo es un dato,
que desnudo solo hay que andar de alma
y ahora que ya no estas quiero decirte
que de lo único que de verdad me arrepiento
es de no haber aprovechado nuestro tiempo…