Por la cadena de los sueños
sigo trepando en la vida
como águila que surca el mar
sin saber nadar y los sentidos
sin compás que le sirva de guía,
un juego lleno de alegrías
que la mayoría tienen sus ocasos
en tristezas terribles por su fracaso,
me abrí a este encanto
con la sangre hirviendo
pleno de facultades vibrantes
con comienzo hechicero
y me convertí en mago,
cuando de mi chistera azul
brotó un conejo blanco
que mereció la pena,
volviendo a mí el deseo de reír
y seguir viviendo únicamente
para continuar soñando…