Espero que cuando tu manto
cubra mi cuerpo
una guerra, solo sea recuerdo
de un llanto otrora amargo,
se conviertan en juguete
para todos los niños del mundo
y las armas sean procesadas
por la hoguera del olvido
y aunque no pueda disfrutarlo
de mis restos florecerán amapolas
que alegraran las olas
de mares con colores hermanos,
sin lamentos
ni penas que les desangren,
para que de mi pecho cada tarde
se oiga el eco de un corazón
que gemía maltrecho
y ahora descansa en paz,
cubierto por una tierra
donde los pájaros cantan,
las nubes acarrean agua
y por los ríos corretea clara
regalando vida
en su camino hacia el mar…