El fuego,
fiel testigo de nuestro encuentro,
tu cuerpo junto al mio,
mi lengua buscando los tuyos,
mis manos
acariciando tus piernas,
tus brazos
enlazados a mi cuerpo,
tu saliva como agua ardiente
alimentando mi libido,
tus ojos entreabiertos,
el deseo
y tus ganas de amar,
candentes
como lava de volcán,
tus pechos acariciando los míos,
las ansias de tu boca
reflejadas en tu carita de niña,
y tu cuerpo de mujer
recogiendo en su cálido refugio,
todo vestigio de placer...