Te recuerdo viva y contenta,
con olor a hierbabuena
y el agua del Guadalimar
en busca de su mar,
servil, un sol de Mayo soñando
bajo el silencio de tu altar
donde crecí con la alegría
del hermoso colorido
que tutela Andalucía,
iluminaste mi aura
de niño con tu mirada
despertándola
al mundo del abrazo
con la textura de la fiesta
y el encuentro imborrable
de unos días en los que prima,
la envidia sana
por la cara más contenta,
bajo la presencia protectora
de Santa Quiteria en su romería,
segunda patrona de Sorihuela…