Cuando paseo por el campo
aún me admiran los balanceos
de algunos pájaros luchando
contra el viento y de como
sobre un tallo delgado se mueven
airosas las ramas verdes
con grandes hojas de los árboles,
las piedras y su redondeo
al ser arrastradas por el agua
y me alegro de su capacidad de lucha
contra elementos ajenos a su libertad
y lloro escondido del hombre
cuando ante una triste imagen
siente miedo y se desgañita
por una simple espina clavada en su dedo,
quizás no solo hayamos perdido
la capacidad de amar
si no que con ella partieron
la capacidad de luchar por lo ajeno
y esa es la base de nuestro egoísmo
de nuestra soledad y desconfianza
en una soledad abocada
a un absurdo ostracismo…