Gentiles y armoniosos
los dedos de Paula,
como colibríes aleteando
sobre las teclas de un piano,
transforman con maestría
cada uno de sus saltos
en trinos de gloria,
música que relaja oídos
y regala calma
a lo más recóndito
de nuestra alma,
¡¡ qué guapa es mi niña ¡¡
A MI NIETA QUERIDA...
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