Nunca quise ser perfecto.
me pareció un defecto,
es por eso que dediqué mi tiempo
a conocer cada una de las cicatrices
que mas que deslucirte
embellecen cada rincón de tu cuerpo,
me enamoré de tu risa loca
entrañable y desinteresada,
de tu nariz menuda
que como en cuentos de princesas
tintinea cuando me tienes cerca,
de la sensibilidad de tus dedos
que en cada caricia me hace
temblar como la primera vez
a pesar del tiempo que nos conocemos,
de tus atenciones a veces desmedidas
porque nuestra casa
sea siempre un castillo de hadas
sin almenas ni puente levadizo,
y ante todo por ese amor sin reproches
que me regalas cada mañana
me confirmas cada mediodia
y me pronuncias cada noche,
a veces me pregunto incluso
si a ti te seguirán gustando
todos los versos que te dedico,
pero mi mente ignorante
se niega a preguntarte
al ver en tu cara el traslúcido encanto
de tu sonrisa cada vez que miras
las poesías con las que te consagro...