Aunque a veces confundo mis sueños
con verdades vividas y mi vida
con historias soñadas
entre el silencio de mis recuerdos,
las unas con estima y las otras
con el castigo de recordarlas
porque el olvido no pudo con ellas,
siento un miedo envuelto por la alegría
de haber vivido algunas
y por las otras contento
de haberlas soñado,
alma de poeta sin embalajes
ni traje de fiesta que como trofeo
llevo con el misterio
de no conocer ni de lejos
si son las musas divinas
o la propia vida la que me inspira…