Hechura que brilla como alejada
por las beldades ocultas
que ansían que las hurguen
disimuladas
tras las prendas que las halagan,
manantial de vida como tántalo
hijo de dioses condenado
a las profundidades del inframundo
y comienzo de deseo y llanto,
rio donde revolcarse es placer de vida
como relámpago vergel,
con figura de mujer desnuda
que atrae por su mirada distraída
y rompe contra las rocas
con movimientos impúdicos
como himen deseando su quebranto,
una presencia donde las estrellas estallan
dando savia al tallo que inspira
y crepita con su llanto
apuntalando las ruinas de lo prohibido…