Mientras unos tímidos rayos
atravesaban nubes de hojalata
una linda mañana de primavera
a los cristales de tu ventana,
alegres hadas mariposas
de bellos coloridos
revoloteaban la meseta de tu ombligo
para levantar el vuelo
a la altura de tus pechos,
tu cuerpo desnudo
de princesa de cuento
cerraba los ojos
para recibirlas sobre la cara
donde sus coquetos vuelos
descargaban el brillo de sus alas,
dando a tus ojos matices
de estrellas blancas
que amortiguaban
tus ganas sobre la almohada
perfumada con caricias mias...