Gracias querida por estimular
mi imaginación dormida
con el dulzor efervescente
de tus sonrisas
y la agilidad con que tus dedos
acarician mis sentimientos
haciendo que, en todo mi ser
se desdoble el poeta edulcorado
que enhebre cada uno
de tus trozos rotos,
en el ansiado borrador
de tu pasado con la obligación
de convertir tus sueños
en algo solo nuestro
y tus anhelos en el genoma
métrico decimal capaz
de revertir todas tus penumbras
en la lluvia seductora
que mantenga tus mejillas
risueñas,
ante cualquier tempestad…