El día que me fallen las fuerzas
y el silencio acompañe mis palabras
reiré como un loco desde las estrellas,
porque hice casi todo lo que quise
luché claro y limpio por mis sueños
frente a un universo disparejo,
fui explorando lugares nuevos
sin agarrarme a los descubiertos,
dejé ir a todo aquel que no quiso
seguir a mi lado en momentos malos
y con muchas lágrimas en los buenos,
caminé siempre despacio
sin el agobio por llegar primero
intentando retirar las piedras
con las que tropezaba
tomando gratificantes baños
de buenos días y de luna llena
cuando oscurecía,
ahogué mis penas y temores
entre la alegría callada
con que me mostraba a la gente,
disfruté del mar y sus olas
muchas veces en compañía
y otras a solas con mi melancolía,
amé sobre todas las cosas
abandonándome a las caricias
con que me agasajó una vida
llena de trabajo buenos amigos
y unos hijos con los que repetiría,
me embriagué de amores
que me produjeron dolores
de los que tardé en recuperarme,
otros que resistieron
el paso del descuido por mi parte
y sobre todos dos
de los que nunca podré olvidarme,
el dulce aroma del campanario
desde el que me columpio
y el desinteresado de mi madre…