Disfruto tanto de mis versos tristes
como de los que me salen alegres
porque ambos nacen cuando palpita
la pluma que los cincela
como legado de mi grafía,
de besos acunados en el deseo
y triste cuando relata
noches largas de insomnio pobladas
de sueños rotos y melancolías,
al arte le recito sereno
por el alcance de sus alegrías
y a la pena suelo adornarla
de sombras y nublados negros,
mientras que cuando trato de amores
uso lápices de todos los colores
acicalando su letra con versos infinitos
entre los que destacan
mis instintos más serenos…