Hada en mis mañanas
y de mis noches cobijo
que como viejo peregrino
concilia mis sueños
que reverdecen por mi camino,
amapolas rojas de negro pistilo
y rosas amarillas de tiernos tallos
que ondean al viento
con brillos de antaño
alrededor de la fuente
donde la mayoría de la gente
calma sus cuidados
y solo suplica por un mañana
de soles y agua para sus campos,
un mañana de mineral puro
como el diamante
donde la raza sea solo
una casualidad del destino
y el color, el mago adivino
de chistera negra y guantes blancos
con ojos cobrizos,
un mañana sin fronteras
que dividan a pobres y ricos
y sin armas, desnudo
como se viene al mundo…